Memoria y Extinción: o el camino de miles partes poéticas

Son tantos los avances de nuevas formas tecnológicas que las palabras, y con ellas la poesía, no podía evitar ser arrastrada a un magma de nuevas constelaciones  de maravillas y hechizos poéticos. Durante miles de años, los seres humanos se han recreado con las palabras, cualquiera que haya sido su esencia descriptiva, y su sentido final, si lo hay. A veces se requiere lectores con diferentes capacidades y percepciones, para los acontecimientos de imágenes, palabras, ideas, colores, olores y sabores. Algo como un Castaneda tratando de entender, significar e interpretar el torrente de magia de un Juan Matus, que lo llevó a probar el peyote, el hongo alucinógeno de las tribus yaquis del norte de Sonora, para sentir las imágenes dentro de su cuerpo espiritual.

Un viaje astral, no creo que definirla de otra forma me ayude a la interpretación de ese microcosmos llamado Memoria y Extinción, al poemario de Luis Briceño, nos reencontraría con esas vivencias sentidas, vistas o leídas, de nuestro pasado; una panorámica de luces, colores, palabras, situaciones y hasta de lo cotidiano-ombligo de un andino cualquiera. Memoria y Extinción permite el desdoblamiento de un ser que mira y recibe, pasado-presente de un solo golpe, que es llevado a la biblioteca estelar y los lomos de los libros y lo que despiden ellos, te toman, te atrapan y te hacen sentir que tu alma se está posando en una hoja, como una oruga que pronto terminará su ciclo y volará con sus alas.

Ese concepto de criptopoemas acuñado por Briceño le permite lucir el texto con las informalidades de los sentidos y haciendo de los sin-sentidos conceptos creados para el disfrute o la opacidad del desprevenido. Como mapas mentales se va extendiendo el universo propio de Memoria y Extinción, en los cuales cualquier poema te da multiplicidad de sentidos que van desde las palabras hachas, hasta las imágenes geométricas y de colores múltiples. Lees y te descubre recorriendo el mismo camino pero montado en móviles distintos. A propósito de eso tiene razón el prologuista cuando dice “Todo lo anterior nos lleva a replantearnos los límites de la concepción de lo que entendemos por poesía”; porque con Memoria y Extinción estamos en presencia de la puesta de escena de múltiples lenguajes, diversos sentidos y poemas otros.

Así en este nuevo universo multimodal se abren las puertas y ventanas al reencuentro de nuestra niñez, y más allá de la niñez, de las alternancias de los mundos vistos con ojos diferentes a los tradicionales; pero donde el gozo de una infancia, se unen a la nueva estructura que  se viste con los nuevos trajes, aterradoramente, que quieren convertirnos en elementos en serie con risas copiados de avisos de neón y de selfies estúpidos y desgastados de gracia. No sé cuál será el próximo paso del poema, pero sí que con Memoria y Extinción, hemos iniciando una forma diferente de caminar. Incluso la de análisis y crítica de la poesía, porque su estructura dificulta la conocida forma, y obliga leer, visualizar, sentir, estos criptopoemas, para cualquiera aproximación.

Ender Criollo

Docente Universitario

+584264559579




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